miércoles, 15 de diciembre de 2010
Segundo hijo varón de Luis XVI y María Antonieta, nació en Versalles el 27 de mayo de 1785. Yolande de Polastron, duquesa de Polignac, fue designada como aya de los infantes de Francia, incluido el futuro Luis XVII y la princesa María Teresa de Francia. Agathe de Rambaud fue elegida por la reina para cuidar al duque de Normandía. En 1789 se convirtió en Delfín tras la muerte de su hermano Luis José.
Alain Decaux escribió: «la sra. de Rambaud era oficialmente responsable del cuidado de Delfín de Francia, del día de su nacimiento hasta, es decir durante siete años. Durante estos siete años, no lo dejó, lo meció, se ocupó de él, lo vistió, lo confortó, lo tronó. Diez veces, cien veces más que María Antonieta, fue para él, una verdadera madre».Su amiga, Louise Elisabeth, marquesa de Tourzel, fue la última aya de los niños reales del Rey Luis XVI de Francia y de su esposa María Antonieta.
En 1792 fue encarcelado con sus padres, su hermana María Teresa de Francia y su tía la princesa Isabel en la prisión del Temple en París.
Al ser guillotinado su padre el 21 de enero de 1793, los monárquicos lo proclamaron rey con el nombre de Luis XVII, nombrándose regente a sí mismo el conde de Provenza y Lugarteniente General el conde Artois exiliados en Westfalia. Catalina II de Rusia expulsó de su reino a todos los franceses que no reconocieran al joven rey. El Ejército Católico y Real (formado por vandeanos) y los chuanes (ambos grupos fieles monárquicos del noroeste de Francia) lucharon y murieron en nombre de su rey; en sus estandartes portaban la inscripción «Vive Louis XVII» (Viva Luis XVII).
En el proceso que se inició contra María Antonieta el 14 de agosto de 1793 el fiscal Tinville hace declarar al Delfín contra su madre. Delante del tribunal, el niño acusó a su madre y a su tía de haberle incitado a la masturbación y haberle obligado a ciertos juegos sexuales. Indignada, María Antonieta, pidió a las mujeres del público que la defendieran. El motín fue evitado por poco. Después de ser guillotinada en octubre del mismo año, los revolucionarios lo mantuv
Probablemente murió de peritonitis tuberculósica en la prisión del Temple el 8 de junio de 1795. El cuerpo fue enterrado dos días más tarde en una fosa sin nombre del cementerio de Santa Margarita de París, junto a otros cuerpos, sin señal de que allí descansaba Luis XVII.
En 1795, su tío, el conde de Provenza, adoptó el título real como Luis XVIII, respetando el ordinal dinástico, pero no llegaría a reinar hasta 1814.
ieron en prisión en condiciones infrahumanas custodiado por un zapatero de nombre Antoine Simon.
Seguro de que asistía a un momento histórico, el médico encargado de realizarle la autopsia, el convencido republicano Philipe-Jean Pelletan, le extirpó el corazón y metido dentro de un frasco con alcohol etílico lo escondió en su casa, dentro de su amplia biblioteca. Tras el fallecimiento de Pelletan, el frasco fue requisado por el Arzobispado de París y guardado dentro de sus dependencias. En 1830 durante la segunda revolución bonapartista, el palacio del arzobispado de París fue destruido y de entre sus ruinas, el frasco fue rescatado por el hijo de Pelletan. El corazón de Luis XVII fue cambiando de lugar durante muchos años y pasó por muy diversas manos hasta que fue entregado a Carlos de Borbón, duque de Madrid, que a su vez era pretendiente al trono francés y lo guardó en su castillo vienés de Frohsdorf. Durante la Segunda Guerra Mundial, su hija se lo llevó a Italia y las hijas de ésta en 1975 se lo entregaron al Duque de Bauffremont, presidente del Memorial de Francia (los mismos que organizan anualmente por octubre una misa en honor y memoria de los padres de Luis XVII, Luis XVI y María Antonieta). Este, al cabo de un tiempo se lo entregó al Cabildo de St. Denis de París, donde el corazón es expuesto sin nombre sobre una capilla del templo, hasta que el grupo de investigación de los profesores Ernst Brinkmann de la Universidad de Münster y Jean Jacques Cassiman, de la Universidad de Lovaina pudieron acceder a mechones de cabello de María Antonieta que fueron encontrados gracias al enviarlos en vida a su madre, la archiduquesa de Austria, María Teresa y a los mechones de cabello de dos de las hermanas de María Antonieta, se pudo comprobar realmente el ADN. Se declaró en abril del 2000 que tanto el ADN de María Antonieta como del corazón de aquel muchacho muerto en el Temple coincidían plenamente.
El 8 de junio del 2004 se realizó en Saint Denis de París la misa funeral de Luis XVII, cuyo corazón fue colocado, al acabar las ceremonias, en la cripta real de la basílica junto a sus padres Luis XVI y María Antonieta, dentro de la capilla de los reyes Borbones.
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