José de San Martín

sábado, 18 de diciembre de 2010

José Francisco de San Martín  fue un militar argentino cuyas campañas fueron decisivas para las independencias de la Argentina, Chile y el Perú.
A los siete años fue llevado a España, en donde ingresó en el ejército español y combatió contra la dominación napoleónica de la Península, participando en las batallas de Bailén y La Albuera. En 1812, tras una escala en Londres, partió a Buenos Aires, en donde se le encomendó la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo, que logró el triunfo en el Combate de San Lorenzo. Luego reforzó el Ejército del Norte.
Desde la ciudad de Mendoza inició su plan para la independencia definitiva de Sudamérica: tras organizar al Ejército de los Andes cruzó con el mismo la cordillera de los Andes y lideró la liberación de Chile, en las batallas de Maipú y Chacabuco. Utilizando a una flota organizada en Chile, atacó el centro del poder español en Sudamérica, la ciudad de Lima, declarando la independencia del Perú en 1821. Se encontró en Guayaquil con Simón Bolívar, y tras dicha entrevista le cedió su ejército y la meta de finalizar la liberación del Perú. San Martín partió hacia Europa, y murió el 17 de agosto de 1850.
Junto con Bolívar es considerado el libertador más importante de Sudamérica de la colonización española. En la Argentina se lo reconoce como el padre de la Patria y se lo considera el principal héroe y prócer nacional. En el Perú, se lo reconoce como libertador de aquel país, con los títulos de «Fundador de la Libertad del Perú», «Fundador de la República» y «Generalísimo de las Armas». En Chile su ejército le reconoce el grado de capitán general.
Nació en 1778 en Yapeyú, una ex misión jesuítica situada a orillas del río Uruguay en la Gobernación de las Misiones Guaraníes del Virreinato del Río de la Plata, en la actual Provincia de Corrientes, Argentina.
Su padre, Juan de San Martín, había nacido en la villa de Cervatos de la Cueza, en la Provincia de Palencia (España), y era Teniente gobernador del departamento. Sirvió como militar a la Corona española y fue el primer teniente gobernador de la Gobernación de las Misiones Guaraníes con sede en Yapeyú, creada para administrar las treinta misiones jesuíticas guaraníes, luego de que la orden fuera expulsada de América por el rey Carlos III en 1767.
Su madre, Gregoria Matorras, también había nacido en la Provincia de Palencia, España, concretamente en Paredes de Nava. Era sobrina de un gobernador de la provincia colonial del Tucumán y conquistador del Chaco.
San Martín fue el menor de cinco hermanos, cuyos nombres eran: María Elena, Manuel Tadeo, Juan Fermín Rafael y Justo Rufino.
Mercedes Tomasa San Martín y Escalada fue la hija del general José de San Martín y de María de los Remedios Escalada. Nació en Mendoza, 16 de agosto de 1816 y falleció en Brunoy, Francia, el 28 de febrero de 1875. el general José de San Martín se exilió permanentemente a París, Mercedes lo acompañaría en este viaje. Sin embargo, debido a las agitadas revoluciones que ocurrían en ese país, la familia decidió trasladarse a un pueblo más retirado, siendo el lugar elegido Boulogne Sur Mer. Allí enfermaron ambos de cólera, ante lo que fueron atendidos por el doctor argentino Mariano Severo Balcarce. Ese mismo año, la hija del general se casó con él, teniendo dos hijas: Josefa Dominga Balcarce y María Mercedes Balcarce. Luego de la muerte de su padre, y con el retiro de Mariano de la diplomacia, la familia Balcarce se mudó a Brunoy.Mercedes moriría allí a la edad de 58 años. En 1951, su cuerpo, como el de su esposo y su hija mayor, fueron repatriados y ahora yacen en la Basílica de San Francisco, en Mendoza.
En 1781, cuando San Martín tenía tres años, la familia se trasladó de Yapeyú a Buenos Aires. Luego se mudaron a España, embarcando rumbo a Cádiz el 6 de diciembre de 1783 y se radican en la ciudad de Málaga.
José comenzó sus estudios en el Real Seminario de Nobles de Madrid y en la Escuela de Temporalidades de Málaga en 1786. Allí aprendió castellano, latín, francés, alemán, baile, dibujo, poética, esgrima, retórica, matemática, historia y geografía.
Los demás hermanos varones también siguieron la carrera militar, pero sólo José Francisco volvería a América.
Fechó su testamento ológrafo en París el 23 de enero de 1844, dejando como única heredera a su hija Mercedes de San Martín, casada con Mariano Balcarce que ejercía como embajador argentino en París.
Entre sus cláusulas establecía:
  • Que Mercedes otorgue a su tía María Elena una pensión hasta su fallecimiento.
  • Que a la muerte de María Elena le otorgue una pensión a la hija de ésta, Petronila.
  • Que su sable corvo favorito, el de las batallas de Chacabuco y Maipú, fuera entregado al gobernador porteño Juan Manuel de Rosas, «como una prueba de la satisfacción que, como argentino, he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla».Prohibió la realización de funerales y de acompañamientos hasta el cementerio, «pero sí desearía que mi corazón fuese sepultado en Buenos Aires».
  • Declaraba como su primer título el de generalísimo del Ejército del Perú.
En marzo de 1848, al estallar la revolución de ese año en París, se traslada a la ciudad costera de Boulogne-sur-Mer, estableciéndose en una habitación alquilada. Allí falleció a la edad de 72 años, a las tres de la tarde del 17 de agosto de 1850, en compañía de su hija Mercedes y de su yerno. Según cuenta la leyenda, el reloj de la casa dejó de funcionar a esa hora y aún sigue marcando las 3 en punto. Casualmente, en el mismo país donde murió San Martín, Francia, moría Honoré de Balzac, un día después.
En 1861 sus restos fueron trasladados a la bóveda de la familia González Balcarce, ubicada en el cementerio de Brunoy, Francia. Luego hubo varios intentos de repatriarlos. Durante la presidencia de Nicolás Avellaneda se creó la «Comisión encargada de la repatriación de los restos del Libertador», hecho que finalmente se produjo el 28 de mayo de 1880.
Una teoría sostiene que la Iglesia Católica se habría opuesto a que se depositaran sus restos en la Catedral de la ciudad de Buenos Aires, frente a la Plaza de Mayo, que es donde descansan actualmente. Según la versión, la Iglesia Católica, apoyándose en los cánones apostólicos romanos y en virtud de la supuesta filiación masónica del general San Martín no podría consentir la petición, pues la Iglesia sancionaba la pertenencia a la masonería con la excomunión. Por este motivo no podría ser alojado en un templo consagrado.Tras largas negociaciones se habría alcanzado un acuerdo, en virtud del cual el féretro descansa actualmente en un mausoleo fuera de la planta principal de la catedral, e inclinado con su cabeza hacia abajo. Se cree que esta posición es un símbolo de la supuesta condena infernal a la que según la Iglesia estarían expuestos los masones. Esta teoría ha sido negada por importantes autoridades sobre el tema, tal es el caso de Jorge Estol, presidente del Instituto Sanmartiniano, que al respecto de la inclinación que presenta el cajón ha dicho que: «El espacio fue construido con menor espacio al que correspondía y cuando llegó el ataúd desde Francia, que tenía doble cobertura, no pudo ser acostado totalmente por un simple error de cálculo». Esto explica la posición inclinada, pero no explica por qué se colocaron los pies de San Martín hacia arriba, y la cabeza hacia abajo.
Reconocido como libertador de tres naciones, los americanos recuerdan de él, lo que está escrito en su tumba: «Triunfó en San Lorenzo, afirmó la Independencia Argentina, pasó los Andes, llevó su bandera emancipadora a Chile, al Perú y al Ecuador».
San Martín escribió una lista de consejos para su hija Merceditas:
Humanizar el carácter y hacerlo sensible aun con los insectos que nos perjudican. Stern ha dicho a una mosca abriéndole la ventana para que saliese: “Anda, pobre animal, el mundo es demasiado grande para nosotros dos”.
  1. Inspirarle amor a la verdad y odio a la mentira.
  2. Inspirarle una gran confianza y amistad, pero unida al respeto.
  3. Estimular en Mercedes la caridad con los pobres.
  4. Respeto sobre la propiedad ajena.
  5. Acostumbrarla a guardar un secreto.
  6. Inspirarle sentimientos de indulgencia hacia todas las religiones.
  7. Dulzura con los criados, pobres y viejos.
  8. Que hable poco y lo preciso.
  9. Acostumbrarla a estar formal en la mesa.
  10. Amor al aseo y desprecio al lujo.
  11. Inspirarle amor por la Patria y por la Libertad.

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